¿Gafas o lentillas? Siempre que sale el tema de la visión no puede faltar esta pregunta. Pero ¿por qué tiene que ser blanco o negro? Es parecido a cuando alguien pregunta a los niños a quién quieren más, a papá o mamá. ¿Por qué no se puede querer igualmente a ambos? Eso es lo que me pasa con las lentillas y las gafas.

En casa lo tenemos claro. Si se trata de vida doméstica optamos por las gafas, aunque algún que otro disgusto hemos tenido en una improvisada pelea de cojines. No sé cómo lo hacemos pero siempre conseguirnos rescatar algún gafa voladora tras varias piruetas en el aire. Pero cuando salimos de casa lo más cómodo son las lentillas, tanto para ir a trabajar como para una salida por la tarde o unos días fuera. Si coges el coche te dan la libertad de ponerte unas gafas de cristales oscuros si el sol es intenso. Puedes hacer cualquier tipo de deporte con ellas sin preocuparte de posibles contratiempos. Y la limpieza con las lentillas desechables está garantizada: usar y tirar. Así no tienes que preocuparte de líquidos y durabilidad.

En los últimos años de solo tener un usuario de lentillas en casa hemos pasado a completar el cupo máximo. Tenemos Acuvue lentillas para la miopía. En este caso por duplicado, porque además de las de adulto también hemos optado por las lentillas para que nuestro portero de fútbol se sienta más agusto cuando juega. Y es que, cuando eres miope y futbolero tienes un doble problema: o no ves venir el balón y te las cuelan todas o te juegas la integridad si es que una bola te viene a la cara.

Yo tengo lentillas para astigmatismo porque más de una vez, me encuentro haciendo posturas imposibles con los ojos para lograr enfocar los objetos a los que, de un tiempo a esta parte, les ha dado por desdoblarse y desdibujarse. Y no te digo nada lo que supone tener una visión precisa por la noche.

El caso es que las lentillas se han convertido en un elemento de cabecera que nunca nos falta. Igual que nunca salgo de casa sin los pañuelos de papel o hidratación para los labios, nunca faltan en mi bolsita de aseo un pack de lentes.

Una revisión al menos al año

Eso sí recuerda que siempre, tengas problemas de visión o no e independientemente de la edad, tienes que hacerte una revisión de la vista, al menos, anual. Yo voy a mi óptica de toda la vida y ella se encarga de darme la graduación correcta. Si toca hacerse gafas es allí mismo donde elijo el modelo, pero en el caso de las lentillas he descubierto que si las compro online las puedo tener en casa en un tiempo récord y con las máximas garantías. Entrega puerta a puerta con toda la comodidad. Cuando vemos que se nos terminan las lentes solo tenemos que hacer nuestro pedido con las características que nos ha dado el óptico y la renovación es casi inmediata.

Un sistema que se une a la comodidad que supone, para nosotros, usar lentes. Además, con todos los modelos que tienes es casi imposible no conseguir uno que te venga bien. Las hay permanentes (estas son las que menos me atraen, sobre todo, en el caso de los niños porque hay que asegurar una correcta limpieza), mensuales, semanales y diarias. A nosotros nos gustan las semanales (para los que hacemos más uso de ellas) y diarias en el caso de utilizarlas de forma más puntual.

¿Tu también tienes que echar mano de una ayudita para tener tu vista a punto? ¿Y aún no has probado las lentillas?

Imágenes: Pexel y Pixabay

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