Si hay una cadena a la que me encanta acudir en familia, donde los niños son bien recibidos y se respira tranquilidad es Paradores. Nosotros, a lo largo del año hacemos escapadas puntuales a alguno de sus establecimientos porque están en lugares privilegiados, cuentas con unos estándares de calidad, siempre somos bien recibidos y atendidos. Por ello, hace unas semanas optamos por visitar el Parador de Almagro, una ciudad que guarda el encanto de su pasado y donde el teatro es referencia indispensable.
El Parador de Almagro es un precioso antiguo convento del S XVI muy bien restaurado. Mezcla el encanto de los edificios del pasado con toques de color, modernidad y las comodidades que solicitamos en pleno siglo XXI. Quizás, yo daría un toque a la decoración de las habitaciones, muy sobrias y castellanas.
Sin duda, la sobriedad de las habitaciones, contrasta con la decoración de las zonas comunes que han sido rehabilitadas, a nuestro parecer, con acierto. Amplios pasillos, que dan a cuidados jardines interiores, con gran despliegue de colores tendencia como el verde mint de armarios y puertas o el azulón, de las vigas del techo De las habitaciones destacaría la amplitud de la estancia y del baño, muy cómodo para viajar en familia y con amplias bañeras donde la peque no dudó en “bucear”.
El Parador de Almagro, además de estar en una población privilegiada donde hay mucho por ver, dispone, para los días de verano, de una agradable piscina (atención con los niños porque la zona menos profunda es de 1,37) situada en un pequeño jardín con árboles y hamacas.
Otros servicios con los que cuenta son una taberna, donde beber o picar, con terraza exterior y restaurante con platos típicos de la zona. Y, hablando del restaurante (un tema que con lo que nos gusta comer no podíamos pasar por alto), el del Parador de Almagro es uno de los que más nos ha gustado de la cadena por la variedad de platos, cantidad y el buen toque en su cocina. Si lo visitáis podéis optar por comer a la carta o elegir menú. Por 30 euros ofrecen entrante, segundo y postre. Y varios de los primeros platos se pueden pedir por medias raciones.
Nosotros quedamos muy sorprendidos por lo abundante, calidad y lo rico que estaba todo. Nuestro Top Chef del Parador del Almagro sería para las croquetas de bacalao (cremosas y de estupendo sabor), las chacinas y quesos de la tierra y la ensalada de asadillo. Entre los segundos vigilar las recomendaciones del chef, con un pollo de corral en pepitoria que nos conquistó. De los postres nos sabría con cuál quedarme: helados, tartas, manzana asada, ensalada de frutas con sorbete de limón. Ñam, ñam.
Si la visita al restaurante es un noche de verano, no dudéis en salir a las mesas que tienen en los jardines, un entorno muy agradable en el que pasar la velada. Además en verano puedes cenar mientras escuchas música en directo, una idea de la que disfrutamos toda la familia.
Y no podéis iros de Almagro sin visitar la Plaza Mayor con el Corral de Comedias, el Museo Nacional de Teatro, el Palacio de los Fugger, San Bartolomé el Real, la Universidad y, por supuesto el fantástico paraje natural que son las Tablas de Daimiel.
Tampoco desaprovechéis la oportunidad para tomar las berenjenas aliñadas de Almagro y su lomo de orza. A nosotros nos encantan. ¿Qué os parecido nuestro paso por Almagro? ¿Os animáis a visitarlo?
[…] siempre son bien recibidos, como en el Parador de Turismo (ya sabéis que es una de mis cadenas de hoteles favoritas por el trato que tienen con las familias). El Parador, que aunque no os alojéis merece […]
Me lo apunto para viajar estas vacaciones por el interior.
Gracias
Un lugar muy recomendable 🙂
Muero de ganas por visitarlo! Tiene una pinta estupenda, es precioso, lo apunto para alguna escapada.
Mil gracias.
Es un sitio muy recomendable. Si vas en verano pregunta por las cenas con música en directo, son geniales.