La semana pasada inicié el programa previo al inicio de las vacaciones. Operaciones sencillas y rutinarias que, en ocasiones, ya solo en ocasiones ¡Ja! la vertiginosa vida de madre- ama de casa- trabajadora… te hacen pasar por alto, como la imprescindible depilación.

Hoy doy por comenzada la segunda parte de programa. Sin duda mucho más placentera que una señorita te arranque pelo y piel de tus partes más sensibles a tirones.

Esta tarde la dedicaré a manos y pies, dos imprescindibles. Antes de salir de vacaciones que mejor que una buena manicura que mejore esa imagen de madre-friega platos que tengo. Y para acabar un maquillaje de uñas semipermanente que me lleve despreocuparme de si se descascarilla la laca en pena cena. Con este método, y en mi caso, resultados garantizados durante dos semanas. Desde que descubrí el invento me he hecho adicta a él en caso de “eventos” (léase escapadas, vacaciones, ocasiones especiales). Este técnica me permite hacerme la manicura un par de días antes. El resultado se mantiene. Pero ¡ojo! tampoco recomiendo abusar porque los productos, sobre todo para eliminar el color, me parecen muy agresivos para las uñas.

Mientras me pintan de un rojo pasión tendré los pies en un relajante baño de burbujas. Después, tras las pertinentes torturas necesarias para dejártelos como el culito de un bebé sin dermatitis del pañal llega la pintura, en ese caso, tradicional. Porque el esmalte de los pies no sufre tanto como el de las manos. Para acabar un baño de parafina que los deja prestos para salir a pisar arena de playa.

Pero es todo. Mañana llega la tercera parte con las opciones más placenteras:

Masaje para empezar las vacaciones relajada y sin contracturas

Corte de pelo. Ya sé que esa opción es más recomendable  la vuelta de las vacaciones para sanear el cabello pero… ¿No te apetece un cambio de look para empezar a disfrutar de tus día libres?

¡Feliz verano!