Ya tenemos encima el buen tiempo. Por eso muchos nos planteamos aprovechar el fin de semana haciendo una pequeña escapada. El destino final: la playa de Alicante.
¿Por qué elegir Alicante? Junto con Valencia son las costas más cercanas a Madrid. Además, Alicante une la posibilidad de disfrutar de playa con los beneficios que supone alojarse en una ciudad.
Alicante dispone de preciosas playas como la de San Juan, la Albufera y la de Saladares. Y aunque la de Postiguer es una de las mas concurridas por estar cerca del centro de la ciudad, también es de mis favoritas porque desde ella puedes llegar al centro de la ciudad dando un paseo. Recuerda que este es el mejor método para moverse por Alicante porque aparcar es una tarea prácticamente imposible.
Tras una mañana de baños y juegos al sol estamos preparados para comer en la terrazas del paseo. Entre mis favoritas la Taberna del Gourmet, aunque si está muy llena también puedes reservar en el local que tienen a tan solo una calle del paseo. Si eliges esta opción no olvides si pan de cristal con tomate, mejor acompañado de jamón ibérico, la ensaladilla, las hamburguesas gourmet, la gamba roja (que también puede ser al ajillo) y el tartar.
Si lo que quieres es probar arroces de calidad y con variedades sorprendentes no puedes dejar de pasar por El Portal. Conservas excelentes, marisco de primera y unas verduras de temporada que te harán volver. Si está en carta no dejes de probar las alcachofas con yema de huevo, panceta ibérica y trufa. En caso de que quieras marisco pásate por la barra y elige entre el producto que ofrecen. Las ostras merecen capítulo aparte. Entre los arroces destaca el de tripas de bacalao con morcilla (ojo si comen niños porque es fuerte y un poco picante) y el de ropa vieja.
En el caso de que hayas dejado a los niños con los abuelos un fin de semana no dudes en tomarte uno de los cócteles que preparan allí mismo. Puedes elegir entre los que sirven de aperitivo, los digestivos o su carta de Gin Tonics.
Por la tarde noche no te pierdas la zona de la calle San Francisco, más conocida como la calle de las setas, para tapear y tomar algo. Además, la calle se ha convertido en un parque abierto para los niños. Seguro que quieren repetir.
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